La pistola


No puedo comprender la extraña sensación que se ha apoderado de mi mente de un tiempo a esta parte. Tal vez la lectura de novelas policíacas de detectives y crímenes, que he leído últimamente y que me tienen un tanto obsesionada.

Empiezo ha pensar en el poder que te proporciona una pistola en la mano.
Veo revólveres y pistolas en la televisión, en el cine, hasta en el escaparate que tiene la armería próxima a mi casa en el que nunca había reparado.
Deseo tener una, tocarla, saber lo que pesa, apretar el gatillo. ¡¡ BANG !!

¡ Que locura !
Decido contárselo a Marta mi mejor amiga dentro y fuera de la clase.
.- Eso tiene fácil arreglo ( me asegura ) Puedo traerte una de mi hermano que a demás es de fogueo. Ya sabes, el chasquido y la chispa, a una buena distancia, produce el efecto de una auténtica.
Se me está ocurriendo una idea. Aprovechamos y le damos un buen susto a la pava de Susi, ya sabes que no la soporto. Con sus aires de pija adinerada. ¡ La odio ! Te aseguro que después de esto no volverá a mirarnos con desprecio.-
.- Pero, Marta, yo no lo veo así. Creo que exageras y la broma será demasiado fuerte.-
Marta me convenció como hacia siempre que quería algo de mi. Le resultaba sumamente fácil.
Era una tarde lluviosa y gris. Nos resultó sencillo empujarla contra la pared de aquel solar.
Susi no se movió. Creo que ni respiraba.
.- ¡ DISPARA ! .- Fue una orden.
¡¡ BANG !! Me volví hacia Marta . Se había esfumado.
Yo tenía una pistola en la mano y el cadáver de Susi tendido en el suelo.

2 comentarios:

  1. Amiga Carmen, cuanto me alegra encontrarte aquì, en este, tu rincòn especial. Estoy leyendo tus cuentos con tanto placer. Si hasta policial tienes!!!! Que te llene de satisfacciòn y continùa. Yo serè visitante asidua. Un abrazo!!

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    1. Gracias,amiga entrañable. Espero que te distraigan mis cuentos y mis relatos que son variados como los colores del ópalo.

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