Había
una vez un banco de nubes negras que amenazaban a la tierra con
grandes desgracias .Las gentes desde sus ciudades y pueblos las
miraban con ojos tristes y preocupados esperando grandes tremendas
inundaciones.
Pero
ocurrió que de esa gran masa negra como el carbón,se desprendió
una nube blanca que brillaba como una luz.
La
pequeña nube no estaba de acuerdo con las malas inclinaciones de sus
hermanas poderosas y malignas. Sentía la necesidad de enviar dicha y
alegría por allí por donde pasase; así pues se aparto de ellas
porque su compañía no la hacia feliz.
La
nube bondadosa se dejó llevar mecida por el aire que la transportó
a África,donde su lluvia reboso los oasis. En Europa dejo caer sus
aguas en ríos campos y lagos...Estuvo en Asia, Australia, Oceanía y
América y la tierra se esponjó con la frescura de sus abundantes y
cristalinas gotas. Las flores se abrieron, los ríos tuvieron mas
caudal y sus aguas corrían mas limpias. La naturaleza revivía toda
su armonía de colores y sonidos.
La
nube se fue haciendo pequeñita, pequeñita, como una bolita de
algodón. Su última gota cayó en el mar. Tenía la forma de un
corazón que brillaba más que un diamante. En la tierra los hombres
la bendecían.
Sus
hermanas las nubes negras lo habían visto todo desde el cielo y se
avergonzaron de haber querido utilizar su poder para hacer el mal.
Así pues decidieron separarse y se convirtieron en hermosas nubes
blancas que dejaban caer su lluvia dulcemente allí donde hiciese
falta.
Cuantas nubecillas blancas se necesitan, precisamente allì donde hace falta!!! Y que sean las otras, cada vez menos. Canto a la vida y al optimismo!!! Gracias
ResponderEliminarGracias a ti por estar aquí compartiendo conmigo lo que más me gusta. Un beso.
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